Dos derrotas consecutivas y tres partidos seguidos sin ganar. Seis derrotas en lo que va de Liga por cinco victorias. Vuelve el bache de noviembre, que ya se sufrió la temporada pasada. Sin embargo, esta vez es más preocupante. El Alcorcón naufragó bajo la incesante lluvia de Córdoba. Los alfareros no jugaron a nada, por segundo encuentro consecutivo, y cayó, merecidamente, ante un Córdoba que fue mejor y demostró que es uno de los equipos más en forma de la Segunda División.
Anquela sorprendió con un once plagado de suplentes. Dio la titularidad a Saúl, que era la primera vez que salia en el equipo de inicio en Liga, y a Borja, que hasta el partido en El Arcángel había disputado 34 minutos, nueve desde que volvió de la última lesión. Tampoco estuvieron piezas claves, pero por lesion, como Mora, Montañés, Nagore, Anuarbe y Rueda. Sin embargo, el técnico alfarero dejó en el banquillo a Miguélez y Sales, titulares indicutibles hasta la fecha.
El Alcorcón naufragó en el centro del campo. Abraham y Rubén Sanz no encontraron su sitio y perdieron la partida ante López Garai y Javi Hervás, inmensos en la medular. Delante, el único que daba sensación de peligro era Saúl con sus internadas por banda, pero demasiado impreciso. A Borja se le notó falto de ritmo y desubicado en el campo, Carlos Martínez no fue capaz de desbordar por la izquierda ni una vez y Quini, peleón como siempre, estuvo muy lejos de área. Detrás, Agus y Babin hicieron sus deberes, sin embargo, tanto Ángel como Expósito, titular obligado por la baja de Anuarbe, se vieron superados claramente por Borja y López Silva respectivamente. Con este panorama, el Córdoba se hizo dueño y señor del balón y desplegó su juego casi sin oposición. Sólo tardó media hora en ponerse por delante. Borja recogió un rechace en el pico del área y su tiro, tras tocar levemente en Ángel, entro por la escuadra. Un gol merecido para los andaluces que Saúl en la siguiente jugada pudo neutralizar, pero un gran Alberto desvió el tiro del asturiano.
Tras la reanudación, más de lo mismo. Sólo tres minutos les hizo falta a los de Paco Jémez para sentenciar. López Silva se internó por la izquierda y su centro lo remató Borja totalmente sólo en el área pequeña. Fallo defensivo de los alcorconeros que acabó por sentenciar el encuentro. A partir de ahí, el ritmo bajó y el Alcorcón lo intentó con más fe que juego esperando que algún balón largo le llegara a Quini, ya que el centro del campo amarillo seguía desaparecido. Saúl, el mejor alfarero sobre el campo, recortó distancias en el 78' con una gran jugada individual y un tiro casi sin ángulo desde dentro del área pequeña. Pero fue sólo un espejismo. A los dos minutos, López Silva hizo un caño a Agus y después marcó con una gran vaselina. Golazo del cordobesista que dio por terminado el partido a diez minutos del final.
LO MEJOR: Saúl. El asturiano fue el único que se salvó en el Alcorcón. Mejoró con la salida de Sales, que le obligó a cambiar de banda, y logró el único tanto de los amarillos.
LO PEOR: El centro del campo. Rubén Sanz y Abraham no existieron. El vallisoletano le puso brio y casta para robar balones pero se vio desbordado, mientras que el catalán no existió.
FICHA:
Córdoba C.F.: Alberto García; Fernández, David Prieto, Gaspar, Fuentes; Borja García, López Garai (Alberto Aguilar, min.61), Javi Hervás, López Silva; Charles (Balsas, min.86), Patiño (Carlos Caballero, min.71).
A.D. Alcorcón: Manu Herrera; Expósito, Babin, Agus, Ángel Sánchez; Rubén Sanz, Abraham, Saúl, Carlos Martínez (Fernando Sales, min.54); Borja (Oriol Riera, min.54), Quini (Miguélez, min.61).
Goles: 1-0 (min.25) Borja García; 2-0 (min.47) Borja García; 2-1 (min.77) Saúl; 3-1 (min.84) López Silva.
Árbitro: Piñeiro Crespo (Comité Asturiano), asistido en bandas por Villanueva Díaz y García Salas. Amonestó a López Garay y a Javi Hervás en el Córdoba; a Expósito, Borja, Agus y Babin en el Alcorcón.
Ferrán Corominas, más conocido como Coro, es un clásico de Primera División. Tras ocho años en el Espanyol (196 partidos y 23 goles) y alzar la Copa del Rey con los periquitos (2006), el girondés pasó por el Osasuna sin pena ni gloria. Este año Coro decidió volver a su tierra, Girona, y está siendo uno de los puntales del equipo. Es el máximo goleador de los catalanes con siete tantos. Delantero rápido y con gol, está cuajando una de sus mejores campañas.
