Crónica del Alcorcón-Huesca del AS

Aimara G. Gil
La Crónica

Tarde gris y lluviosa en Alcorcón, preludio de lo que se iba a ver sobre el césped de Santo Domingo. Partido aburrido, sin ocasiones y de dureza en el centro del campo. Un encuentro gris. Sólo un destello de calidad cambió el sino de un choque predestinado al empate sin goles.

Onésimo plantó un centro del campo físico con Helguera y Sorribas para parar el juego del Alcorcón, y lo consiguió. Los alfareros sólo pudieron acercarse a la portería de Andrés buscando pases largos a un Quini que se peleó, sin fortuna, con toda la zaga oscense. Mientras, el Huesca salía con el mismo método en busca de Tariq. Ambos conjuntos querían lo mismo, no encajar un tanto.

Así se desarrollaron los primeros 45 minutos. Las ocasiones, contadas: Helguera tiró fuera un rechace de la defensa amarilla y Borja mandó lejos de la red un centro de Sales que llegó a la línea de fondo.

Tras la reanudación, el panorama no cambió demasiado. El Huesca tiró las líneas un poco más arriba, buscando presionar a la defensa alfarera. Fruto de esa presión llegaron las mejores ocasiones de los de Onésimo. Camacho robó el balón e intentó sorprender a Raúl Moreno con una vaselina. Sin embargo, el meta madrileño reculó y sacó una mano milagrosa. En el córner, Helguera remató sólo en el área y de nuevo Raúl volvió a aparecer.

El destello. Las mejores ocasiones eran para el Huesca. El Alcorcón lo intentaba con más fe que juego y en su única llegada, Montañés alojó el balón en la red, pero en fuera de juego. Anquela se la jugó y quitó a Alberdi por Gerardo.


Entonces apareció Roberto. El delantero robó el balón en el centro del campo, y sin pensárselo tiró desde 40 metros. El balón entró por la escuadra de Raúl que nada pudo hacer ante el misil. Golazo. Los amarillos se fueron con todo a por el partido, pero sus ocasiones no inquietaban demasiado a Andrés. El Huesca pudo sentenciar en el 90, pero primero Raúl y después Rueda evitaron el segundo tanto oscense.

El Huesca ya tiene la salvación en su mano, gracias a un destello de calidad en un tarde muy gris...