jueves, 6 de septiembre de 2012

Laguardia, seguridad y juventud

Víctor Laguardia Cisneros (Zaragoza, 5/11/89) llegó al Alcorcón como cedido el último día de fichajes. A pesar de ser una incorporación de última hora, el central es una de las jóvenes perlas de la cantera aragonesa, aunque, hasta ahora, la suerte no ha estado de su parte.

Laguardia empezó a jugar en el Club Deportivo Oliver de la ciudad maña. De ahí pasó a las categorías inferiores del Zaragoza donde destacó como un central con clase, rápido y que va muy bien de cabeza. Fijo en el filial, tras el término de la temporada 2008-09 le llegó su gran oportunidad: José Aurelio Gay, entonces técnico del Zaragoza, quiso que hiciera la pretemporada con el primer equipo y empezó a ser un habitual en los entrenamientos con sólo 20 años. Convenció al preparador  madrileño que, en el primer encuentro liguero de la campaña 2009-10, le hizo debutar como titular ante el Tenerife (1-0). Repitió en el once en la segunda jornada (Sevilla 4-1 Zaragoza). Fue convocado con la selección sub-20 de Milla para el Mundial de la categoría de aquel año. Víctor fue titular indiscutible, aunque La Roja cayó en octavos ante Italia (3-1). Regresó a Zaragoza y volvió a tener la confianza del técnico. Salió de inicio ante el Mallorca (4-1 para los bermellones) y siguió siendo parte del primer equipo, a pesar de tener la ficha con el filial.

Sin embargo, el fatídico enero de 2010 le truncó la que, hasta entonces, parecía una carrera fulgurante. En un entrenamiento con el equipo aragonés, Laguardía cayó lesionado. Los gestos de dolor y la cara de miedo del central dieron la voz de alarma. Tras la resonancia los peores presaguios se cumplieron: rotura del ligamento anterior de la rodilla derecha. Tiempo estimado de baja, ocho meses. Empezaba para el defensa un año muy duro de trabajo para recuperarse. Fue operado en Madrid por el Doctor Leyes el 5 de enero de ese mismo año. Seis meses después el jugador volvía a ejercitarse, pero algo volvió a fallar. Unas molestias en la rodilla operada le hicieron volver a pasar por quirófano. El central tuvo que someterse a una artroscopia sustituyendo la plastia del ligamento y teniendo que recolocar el menisco, otra vez dañado.


Dieciocho meses y medio después Laguardia estaba preparado para volver a los terrenos de juego. El jugador, tras tanto tiempo sin competir, necesitaba unos minutos que en el Zaragoza era imposible que tuviera. El club aragonés decidió buscarle equipo para cederlo y llegó Las Palmas. Víctor se asentó en la zaga del conjunto canario y cuajó una gran temporada (25 partidos y un gol). A su regreso a Zaragoza, Jiménez decidió descartarlo para el primer equipo y de nuevo se le buscó una cesión, esta vez al Alcorcón. Será su segundo año para demostrar el futbolista que tiene dentro. Calidad le sobra. Intentar hacer olvidar a Agus será una de sus misiones. Además, el nuevo central alfarero lucirá el número 16 a la espalda. ¿Casualidad?

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