This is Santo Domingo

Una actitud guerrera que con la llegada del nuevo general, José Bordalás, se esperaba que fuera acrecentada. Para muchos, la cosa podía llegar hasta límites que rozaran la ilegalidad (deportiva, se entiende) con tal de defender ese fortín. Pero la sangre no ha llegado al río. Al final los estereotipos generan una imagen que no es tan cercana a la realidad. Tanto es así, que el equipo se permite pellizcos de imaginación que generan cierto vértigo al rival. A Bordalás le repartieron las cartas y se encontró con una pareja que le ha hecho ganar varias partidas sin tener que recurrir a faroles o envites de gran riesgo. Miguélez-Juli, Juli-Miguélez, igual da el orden. El entrenador vio que las dos piezas, en principio del mismo tipo, le iban a encajar juntas. Uno por dentro y otro por fuera, con un entendimiento que le ha dado a este equipo una gran capacidad en el ataque.
Pero sin duda, mejor que te salgan dobles parejas. Mucho más interesante para lograr apuestas de más enjundia. Porque no todo es chispa, también es chispazo, que no es lo mismo a pesar de que compartan la raíz. Lo segundo va más unido al oficio y lo primero al arte. Babin y Laguardia son los otros dos naipes que le han dado al entrenador la suficiente tranquilidad de contar con dos escuderos que vigilan la retaguardia. Una combinación que le ha dado sello a este equipo, pero que sin duda, destaca por ese carácter del que se ha cubierto en estos últimos años. Los jugadores van y vienen, pero ese distintivo en casa que hace temblar las canillas a más de un rival sigue vigente. Como dice alguno, This is Santo Domingo.
Escrito por Raúl Calvo, cubriendo la información del Alcorón para el Marca (@raulcalvo10).
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